La Crónica de Guanajuato

Historias DIFerentes; Francisco nos comparte sus logros de vida

Celaya.-Cada noche representaba un sinfín de preguntas sin respuestas, lágrimas, hambre, incertidumbre, y sobre todo un inmenso dolor en el alma de no saber por qué había sido abandonado por su madre.

A los 12 años para Francisco el mundo era una terrible bestia que amenazaba con devorarlo, pero él tenía muy clara su meta, no podía dejarse vencer, tenía un hermano menor por quien velar, y un hermano mayor inmerso en el mundo de las drogas, anhelaba contar con un futuro mejor para su familia, e iba a poner todo de su parte para lograrlo.

Los recuerdos de su padre son difusos, Francisco tenía sólo seis años cuando lamentablemente murió, una o dos imágenes aparecen en su mente, nada en particular, ya no recuerda su rostro o su voz, nunca pudo recibir un consejo, a pesar de que se esfuerza, no logra tener clara como era su sonrisa o el color de sus ojos, todavía era un niño cuando la calle y los malabares en un crucero eran la unica forma de sobrevivir.

La vida ya de por sí era muy dura con él, cuando a los 12 años nuevamente el destino lo golpeó con fuerza. Esa tarde llegó a casa como siempre, con algunas monedas en la bolsa y la espectativa de ver qué podrían comprar para comer, en el inmueble solo permanecía su hermano, quien en ese entonces contaba con cinco años, no le dió mayor importancia a la ausencia de su madre, nunca había sido cariñosa o minuciosa en su cuidado, nunca se había preocupado por tenerles un plato caliente de sopa en la mesa, con el paso de las horas y los días la incertidumbre creció, la tristeza y preocupación lo consumían diariamente, hasta que pudo darse cuenta de que la mujer que les había dado la vida no iba a regresar, o al menos esa no era su intención, ya que buscaba rehacer su vida con una nueva pareja, dejándolos abandondos a su suerte.

Solos, sin una casa o la supervisión de un adulto, quedaron bajo el cuidado de un familiar, ahí fue cuando su hermano menor comenzó a presentar rasgos de una enfermedad mental; por su parte, su hermano mayor no pudo lidiar con el abandono de su madre y buscó consuelo en el mundo de las drogas.

Completamente desamparados, lejos de encontrar compresión y apoyo en sus familiares, las condiciones que presentaban sus hermanos agravaron la situación, por lo que en lugar de abrazos y palabras de aliento solamente encontraron golpes, gritos, maltrato y dolor, cada noche Francisco se preguntaba por qué el destino se ensañaba con ellos, a diario pedía que su vida tal como la conocía acabara, y cierta mañana mientras trabajaba en un crucero, fue localizado por personal del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, adscritos a la Coordinación de Acciones a Favor de la Infancia (CAFI).

Aún con desconfianza, Francisco y sus hermanos aceptaron acudir las instalaciones de Casa Día, ahí recibieron apoyo en materia alimenticia y para que continuaran con sus estudios, sin embargo, sólo él y su hermano menor regresaron, ya que su hermano mayor decidió continuar con la vida que llevaba y rechazó la ayuda.

Al comprobar que el apoyo era real, Francisco aceptó recibir terapia psicológica, y por medio de INEA logró culminar sus estudios de primaria, posteriormente personal de DIF Celaya lo incentivó y apoyó para continuar con la secundaria y preparatoria en un plantel escolar formal.

Con la llegada de la mayoría de edad, Francisco tuvo que dejar sus visitas diarias a CAFI, pero el apoyo con su hermano menor continuó y gracias a diversas gestiones realizadas, DIF Celaya logró que se otorgara un apoyo extraordinario para la recepción del niño en un espacio de atención especializada, donde de manera vitalicia recibirá una atención integral para el tratamiento de la condición que presenta.

Cuando por fin la vida le daba un respiro, un pensamiento comenzó a rondar la mente de Francisco, él había tenido un cambio radial en su vida, había recibido el apoyo necesario para poder salir adelante, por lo que quería que el resto de su familia tuviera esa oportunidad, así que solicitó el apoyo de CAFI para poder localizar a su madre y a su hermano mayor.

Semanas después, se logró dar con el paradero de la mujer, y al presentarse en el domicilio que habitaba, Francisco constató que el panorama era desolador, su ahora padrastro era alcohólico, y su madre continuaba desinteresada por lo que pudiera pasar con su vida.

Al localizar a su hermano, se dió cuenta de que las drogas comenzaban a causarle graves estragos y después de una larga plática, logró convencerlo de recibir ayuda por parte de DIF y meses después logró rehabilitarse. Posteriormente, Francisco también convenció a su padrastro para recibir apoyo, y al igual que el joven también logró rehabilitarse del problema de alcoholismo que presentaba.

A partir de esa fecha, comenzó un periodo de felicidad para Francisco, conoció a su ahora esposa, y posteriormente supo que iba a ser padre, incluso, por algunos meses todos compartieron el mismo inmueble, eran una nueva familia, todos contaban con un empleo, y el futuro se veía prometedor, parecía un sueño hecho realidad, pero meses después se convirtió en una auténtica pesadilla y regresó el dolor a este hogar, luego de que una desilusión amorosa, orilló al hermano mayor de Francisco a recaer en las drogas.

A pesar de todos los esfuerzos que realizaron, el joven se negó a recibir un nuevo apoyo, por lo que no logró recuperarse y al final perdió la vida por una sobredosis.

El golpe moral derribó a toda la familia, y como si se tratara de una ironía de la vida, la madre de Francisco nuevamente abandonó el domicilio, a sus hijos, y al hombre por el que los había dejado cuando eran niños, todo para buscar de nuevacuenta rehacer su vida con otra pareja.

Lejos de derrotarlo, esta situación hizo más fuerte a Francisco, él había puesto todo su esfuerzo en lograr que su familia
estuviera unida, pero no había resultado como lo esperaba, así que regresó a CAFI en busca de aquél cobijo que había recibido cuando era niño, nada había cambiado, nuevamenre lo recibieron con los brazos abiertos y le brindaron el apoyo que requería.

Ya han pasado varios años desde esa fecha, y ahora, a sus 25 años, Francisco es un auténtico ejemplo de vida, al nuevamente vencer a un destino que se empeñaba en derrotarlo. Hoy en día, cuenta con una relación estable, un empleo exitoso, y una vivienda que, gracias a su esfuerzo, en pocos años se convertirá en un patrimonio real para sus hijos.

Los años no han cambiado su convicción de ser mejor día a día, de dar su máximo esfuerzo, de ver el lado bello de la vida a pesar de las circunstancias que se puedan presentar. Hoy Francisco tiene una meta fija en la mente, retribuir ese amor y oportunidad que recibió, a niños que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, ya que todo sueño se puede lograr teniendo la convicción de lograrlo y las personas indicadas en el camino.

Siempre regresará a CAFI para tratar de ayudar a quien lo requiera, sabe que este lugar es su casa, y un auténtico oasis en medio del desierto para quienes buscan apoyo para salir adelante.

Esto pasa en Celaya, a la vista de todos, y es una historia DIFerente.

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