La Crónica de Guanajuato

Ceremonia cívica para conmemorar el CLXXIII -173- aniversario de la defensa del Castillo de Chapultepec en Juventino Rosas

Juventino Rosas.- El alcalde Serafín Prieto Álvarez, encabezó la ceremonia cívica para conmemorar el CLXXIII -173- aniversario de la defensa del Castillo de Chapultepec, dentro de los eventos cívicos del mes Patrio.

En el evento, que se realizó en el jardin principal, se rindió homenaje a los cadetes que sacrificaron su vida en defensa del Castillo de Chapultepec, durante la invasión norteamericana, en donde pocas bajas sufrieron los gringos.

ALGO DE HISTORIA

En aquel tiempo, el ejército americano, integrado por un gran número de personas de raza negra, prácticamente no encontraron resistencia de los mexicanos, aun cuando estaban dispuestos al rededor de la Ciudad de México, más de 20 mil soldados.

Sin embargo, no intervinieron porque sobre sus cabezas tenían la amenaza de que se irían al infierno «el que matara a pedradas, puñaladas, balazos o cualquier otra forma, a los gringos,», según un edicto que se distribuyó por las calles poco antes de la invasión.

De esta manera, los cadetes del colegio militar, que estaban en el Castillo, se les previno para hacer resistencia con previsiones para mantenerse, incluso, los colchones de las camas los usaron, ilusamente para aguantar las balas gringas.

Los disparos de los cadetes contra los americanos tuvieron poca duración, pues como Colegio Militar, de hecho, solo eran para entrenamiento de los alumnos, aunque sus rectores tenían la esperanza de que el sitio fuera reforzado contra los invasores.

Pero los refuerzos nunca llegaron, y los militares gringos tomaron las instalaciones del Castillo de Chapultepec, e incluso, el general Scott pidió a Nicolás Bravo, que les entregaran las armas y los cartuchos, pero les dijo que «si los tuvieran, no estarían aquí».

Después de este pasaje, en el que se dijo que varios jóvenes cadetes se enfrentaron contra los invasores y fueron ultimados, y de acuerdo con las reglas de la guerra, uno tomó la bandera y no permitió que la mancillarán los invasores.

El ejército gringo hizo prisioneros a cientos de cadetes, unos 400, desarmados y que no participaron en la resistencia, y lograron izar su bandera sobre Palacio Nacional, sin ninguna resistencia.

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