El consumo de alcohol o drogas durante el embarazo conlleva riesgos para a la salud de la madre y el feto. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda orientación a la población derechohabiente sobre la vigilancia en la gestación e incluso desde antes de embarazarse, para que el proceso transcurra en los mejores términos, con el objetivo de evitar complicaciones.
La jefa del área Materno Fetal de la Unidad Médica de alta especialidad (UMAE) No. 48, del IMSS, María del Socorro Heredia Borja, comentó: “la mayoría del consumo de alcohol es de tipo social, esporádico, que no llega a repercutir en el embarazo; sin embargo, en el presente año se ha atendido a tres pacientes que eran consumidoras de drogas, observando que sí existe repercusión fetal, principalmente en la restricción en el crecimiento intrauterino”.
El feto presenta desnutrición, generalmente en la semana 32 de gestación, y debe decidirse, de acuerdo a las características específicas, si debe continuar o no el embarazo.
Una de las principales consecuencias de que la mujer consuma alcohol, antes del embarazo o durante éste es que en las primeras 10 semanas desarrolle el síndrome Alcohólico Fetal, que se caracteriza por generar malformaciones en los fetos, lo que afecta el sistema nervioso central, cara y sistema músculo esquelético.
La ingesta de bebidas alcohólicas durante el embarazo, altera la presión y disminuye el flujo sanguíneo al útero y placenta, y afecta el crecimiento fetal.
El consumo de alcohol también puede condicionar la fertilidad de la pareja, y en caso de haber un embarazo, genera amenazas de aborto.
En el servicio materno fetal, que también incluye atención a embarazo complicado, en la UMAE No. 48, se brindan, en promedio, 160 consultas por semana.
El Seguro Social invita a la población a acercarse a los servicios preventivos del Instituto en las Unidades de Medicina Familiar, para solicitar información y atención sobre la prevención de embarazos de riesgo.