Apenas era un cachorro cuando sus crueles dueños le quemaron la parte superior de su hocico con un fierro caliente por una enfermiza tradición rumana que afirma que si se hace eso, los perros no tendrán mucosidad excesiva.
Poco después del macabro ritual, su familia lo abandonó en un camino rural y nunca más se preocupó de él. Sin tener donde ir, el pobre perrito se quedó en la misma esquina en la que lo abandonaron hace ya varios años.
Luego de ser víctima de abuso y abandono, cualquiera podría entender una actitud negativa y cautelosa de Remy frente a las personas. Pero este perrito, como tantos de su especie, está lleno de bondad y perdón.
A pesar de todo, destaca por ser alegre y amistoso. Cada día sale de su refugio y se siente en su esquina listo para saludar a quien le tienda una mano, esperando que algún día alguien lo saque de las calles y le regale un hogar con una familia tan cariñosa como él.
A penas los vio, Remy se acercó alegre y los llenó de cariño y saliva. Para ser un perro callejero, el animal era muy amable y confiado: los voluntarios no necesitaron correas o collares para meterlo en su auto y llevarlo al veterinario.
Luego de revisar y desinfectar su quemadura en la nariz, y hacerle un chequeo general, el perrito se quedó en las instalaciones de Howl of a Dog, donde se hizo notar de inmediato y se hizo amigo de todas las personas y perros que conoció.
Sano, fuerte, con el estómago lleno de comida y un estiloso pañuelo, Remy está mejor que nunca. Después de un tiempo en observación, el tierno perrito fue enviado a un hogar temporal donde puede jugar y descansar mientras los voluntarios ele encuentran el hogar perfecto.
Información de UPSOCL